4.2

Qué casualidad, estos días que me acordaba tanto de ti, el otro día  me viniste  al recuerdo aún más. Era el día mundial contra el cáncer. Cáncer. ¿qué palabra, eh? da reparo decirla, miedo sentirla y dolor tener que creértela.  Sí, me acuerdo de ti. Justamente de ti. Muchos días, demasiados, hoy sobre todo, no sé por qué. No fui una de tus preferidas. Ni siquiera llegué a ser tuya, pero tu algo de mí si que eres. ¿sabes que? Quizás te alegra oír lo mucho que dicen cuanto me perezco a ti, en los gestos, en la sonrisa, en la mirada, eso dicen. Dicen que eras especial, supongo que demasiado especial como para quedarte aquí, en el mundo. Cuentan que tenias algo, algo que te hacia mejor, que con una sonrisa tuya bastaba. Prefiero recordar los buenos momentos por los que viviste, no los malos, por los que ya sabes... te fuiste. Siempre se dice que los mejores, son los que se van más pronto de aquí, pero tu te fuiste demasiado pronto.  Me gustaría que me vieras ahora. Sólo un vistazo, quizás podrías estar orgullosa de mí. No pasa un 13 de marzo que no recuerde que es tu cumpleaños. Ni un 31 de diciembre sin que se me escapen unas lagrimillas por ti. Uno no sabe lo miserable que es al decir que tiene problemas, sólo por que un día vaya mal, o que la vida es una mierda, por que se le haya averiado el coche. Uno no sabe lo estúpido que es al decir que odia a su madre cuando la tiene cerca, en la habitación de al lado. Pero bueno, en fin, que no sabrás tú ¿verdad?